La semana pasada hicimos este plato en Horeca, uno de los centros formativos en los que trabajo, y los alumnos quedaron encantados con él. Así que me he decidido a compartirlo para que lo disfrutéis vosotros también.
Comentaros que a mí me gusta hacer los canelones tamaño grande, por lo que en vez de placas de canelón uso las de lasaña.
Para hacerlo necesitaremos 2 confit de pato, es decir, la pata del pato ya cocinada en su propia grasa. Suelen comprarse ya hechos y los de Mercadona están buenos.
Le quitamos la piel y separamos la carne del hueso. Luego la picamos finamente y reservamos.
Mientras, en una sartén con unas 4-5 cucharadas de aceite de oliva virgen, pochamos a fuego lento una cebolla bien picada. Salpimentamos.
A los 15 minutos añadimos 4-5 champiñones también muy picados (yo he usado "Portobello") y cocinamos otros 10 minutos más.
Incorporamos el confit reservado anteriormente y cocinamos un par de minutos.
Añadimos 100 g de foie y un chorrito de nata. Removemos y mezclamos todo junto 1-2 minutos hasta que se deshaga el foie. Dejamos enfriar una 1/2 hora.
Por otro lado, coceremos 12-14 placas de lasaña el tiempo y forma que indique el fabricante.
Y para finalizar tendremos que hacer una bechamel de pera (el dulce le va muy bien al pato):
En un cazo ponemos unos 60 g de mantequilla y 1 pera sin piel, cortada en daditos.
La cocinamos unos 10 minutos a fuego medio y añadimos 50 g de harina de trigo.
Removemos bien el conjunto durante 1 o 2 minutos y, sin dejar de remover, vamos añadiendo 1/2 litro de leche de poco en poco.
Cocinamos la bechamel durante 10 minutos, salpimentamos, le añadimos un poco de nuez moscada y trituramos con la túrmix.
Ya solo queda montar los canelones.
Ponemos una cucharada del relleno en cada placa cocida de lasaña y la enrollamos.
Colocamos los canelones en un bandeja apta para el horno pintada con un poco de aceite. Cubrimos con la bechamel y espolvoreamos un poco de queso parmesano por encima.
Gratinamos en el horno y a comer!
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