Tenemos 2 pechugas de pollo bien limpias y cortadas en filetes. Después, las hemos cortado en tiras de aproximadamente 1 cm de ancho por 6 ó 7 de largo y las reservamos.
En un bol pequeño ponemos 1 cucharilla de azúcar, 1 guindilla fresca en rodajas, 4 cucharadas de salsa de soja, 1 chucharadita colmada de maicena, 2 dedos de agua, mezclamos y reservamos.
Cogemos un nido de fideos y lo freímos en un cazo grande con abundante aceite de girasol muy caliente. Al menos 5 dedos de aceite, que será aproximadamente 1 litro de aceite que luego podemos colar y guardar, tenedlo en cuenta. El fideo estará frito en unos segundos, no más de 6!!, y veréis que triplica su volumen y queda crujiente.
Lo sacamos a un plato con papel de cocina para que pierda el exceso de grasa, y de ahí, al plato de presentación donde vamos a comer. Reservamos.
Mientras, en una sarten con un poquito de aceite de girasol y a fuego alto, cocinamos 3 dientes de ajo cortado en láminas, las tiras de pollo, 1 cebolla cortada en juliana, 1 zanahoria rallada, 1 pimiento verde en rodajitas o un poco de brocoli previamente cocido 4 minutos. Tenemos que remover constantemente para que los alimentos no cojan color. En 3 o 4 minutos estará todo cocinado, las pechugas bien blanquitas y tiernas y el resto, crujiente.
Incorporamos unos 150 ml de caldo de pollo caliente junto con el contenido del bol que hemos reservado anteriormente (maicena, guindilla, soja...) y seguimos cociendo un par de minutos
a fuego lento hasta que espese ligeramente.
Añadimos la salsa caliente a los fideos fritos que están en el plato de presentación, y podemos decorar con un poco de cilantro.
Mezclamos fideos y salsa y veréis que gusto al combinar en nuestra boca el crujiente del fideo con la salsa de pollo y verduras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario