Hace un buen día, con sol. El café que me han servido en la terraza estaba bueno....y aún así, me siguen apeteciendo para comer unos garbanzos calentitos. Nada, no me resisto más!
Tengo una lata grande (780 gramos bruto) de garbanzos de la marca "JAE", mis favoritos. La abro, los pongo en un escurridor bajo el grifo del agua hasta que desaparezca la espumilla que siempre tiene este tipo de conservas y los reservo.
Tengo también en el congelador 2 lomitos de bacalao en su punto de sal (400 gramos, peso congelado). Los saco y pongo en una bandeja con agua para que se descongelen más rápidamente. Ya descongelados, les quito la piel y corto el bacalao en dados no muy pequeños, de 3x3 cm más o menos. Me gusta notarlos luego en la boca al comerlos. Reservo.
En un mortero o almirez, machaco un poco de perejil, un huevo duro, sal y pimienta, 2 cucharadas de pulpa de pimiento choricero y unas almendras o pistachos. Para hacerlo me puedo ayudar con un poco de caldo de pescado. Reservo.
En una sartén, con un chorro de aceite de oliva virgen extra, pongo a dorar 2 dientes de ajo bien picados. Seguidamente, añado 2 cebollas cortadas en juliana y las pocho durante 15 minutos a fuego medio. Salo ligeramente e incorporo los garbanzos, los dados de bacalao, el contenido del mortero y 1 vaso de caldo de pescado.
Solo hace falta que se cocine el conjunto un tiempo más a fuego medio, unos 15 minutos.
Servimos en un plato hondo y decoramos por encima con un poco de almendra laminada, o si disponemos de un sifón de cocina, una espuma de crema de almendra, tampoco estaría nada mal.
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