Hoy tenemos para comer un plato templado, perfecto para estos días en los que no sabemos si ponernos chaqueta, abrigo o ir en camiseta.
Lo primero que vamos a hacer es la espuma-mousse de queso gorgonzola dulce:
En un cazo pequeño llevamos a ebullición suave 300 gramos de nata.
Le incorporamos 100 gramos del queso partido en trozos pequeños, una cucharada de miel y un poco de sal.
Removemos bien todo el conjunto y dejamos templar.
Introducimos esta crema en un sifón de cocina. Eso sí, pasada por un colador de malla fina. Si nos saltamos este paso será muy fácil que el sifón se tapone.
Ponemos 1 carga de N2O, agitamos boca abajo, y dejamos reposar en el frigorífico 3 ó 4 horas, al menos.
Lo siguiente, es hacer la crema de calabaza. Os dejo este enlace que os llevará a esta preparación que ya hicimos hace algún tiempo.
Solo dos variaciones a esa antigua receta: 1ª, la calabaza la he cocido con agua, sal y pimienta. y no en caldo de pollo. 2ª, dejamos el rulo de cabra para otra ocasión.
Queda emplatar la crema y añadirle un poco de la mousse que contiene el sifón.
Es importante que la mousse salga con cuerpo del sifón, por lo que debemos agitarlo, otra vez boca abajo, justo antes de emplatar.
Un poquito de cebollino picado le dará un toque fresco al plato.
La mezcla de sabores y temperaturas hacen de esta elaboración una de mis favoritas.
La mezcla de sabores y temperaturas hacen de esta elaboración una de mis favoritas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario