Lola y yo hemos compartido la cocina en la preparación de un postre que probé por primera vez en Jaca. Lola ha hecho glasa real y ha horneado el hojaldre. Yo he estado ocupado con la crema pastelera.
El resultado de nuestra versión de esta delicia jacetana, en las fotos.
Primero hacemos la crema pastelera:
En un bol mezclamos y batimos 175 gramos de azúcar con 85 gramos de maizena y 8 yemas de huevo.
Por otro lado llevamos a ebullición 1 litro de leche entera con un par de ramas de canela y otra de vainilla abierta de arriba a abajo. Cuando empiece a hervir, sacamos la cazuela que contiene la leche del fuego y la tapamos durante 10 minutos para que infusione junto con la canela y la vainilla. Le podemos añadir ralladura de limón o naranja.
Ya solo queda añadir a la cazuela la mezcla de yemas-azúcar-maizena, ponerla a fuego suave y no parar de remover (no muy rápidamente) con una cuchara de madera hasta que espese.
Pasamos la crema pastelera a una bandeja y dejamos que enfríe.
Mientras, hemos cortado en 8 rectángulos una placa de hojaldre y los hemos pinchado un poco.
Para hacer la glasa real hemos batido (solo ligeramente) una clara de huevo, y le hemos ido añadiendo azúcar glass (200 grs.), sin dejar de batir y remover hasta que tenemos una crema blanca sin grumos. Nos tiene que quedar con el aspecto de una cola de carpintero.
Pintamos los rectángulos con la glasa real llegando hasta los bordes y los metemos al horno precalentado a 200º. Cuando los metemos, bajamos la temperatura del horno a 180º y los dejamos entre 10 y 15 minutos, hasta que la glasa esté dorada y el hojaldre hecho.
Dejamos enfriar unos pocos minutos el hojaldre y después los cortamos con mucho cuidado transversalmente, de tal forma que nos queden dos láminas que rellenaremos con la crema pastelera.
A comer!
El resultado de nuestra versión de esta delicia jacetana, en las fotos.
Primero hacemos la crema pastelera:
En un bol mezclamos y batimos 175 gramos de azúcar con 85 gramos de maizena y 8 yemas de huevo.
Por otro lado llevamos a ebullición 1 litro de leche entera con un par de ramas de canela y otra de vainilla abierta de arriba a abajo. Cuando empiece a hervir, sacamos la cazuela que contiene la leche del fuego y la tapamos durante 10 minutos para que infusione junto con la canela y la vainilla. Le podemos añadir ralladura de limón o naranja.
Ya solo queda añadir a la cazuela la mezcla de yemas-azúcar-maizena, ponerla a fuego suave y no parar de remover (no muy rápidamente) con una cuchara de madera hasta que espese.
Pasamos la crema pastelera a una bandeja y dejamos que enfríe.
Mientras, hemos cortado en 8 rectángulos una placa de hojaldre y los hemos pinchado un poco.
Para hacer la glasa real hemos batido (solo ligeramente) una clara de huevo, y le hemos ido añadiendo azúcar glass (200 grs.), sin dejar de batir y remover hasta que tenemos una crema blanca sin grumos. Nos tiene que quedar con el aspecto de una cola de carpintero.
Pintamos los rectángulos con la glasa real llegando hasta los bordes y los metemos al horno precalentado a 200º. Cuando los metemos, bajamos la temperatura del horno a 180º y los dejamos entre 10 y 15 minutos, hasta que la glasa esté dorada y el hojaldre hecho.
Dejamos enfriar unos pocos minutos el hojaldre y después los cortamos con mucho cuidado transversalmente, de tal forma que nos queden dos láminas que rellenaremos con la crema pastelera.
A comer!
No hay comentarios:
Publicar un comentario